Afecciones mentales: Depresión y Ansiedad

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¿Qué es la depresión?

La depresión es más que sólo sentirse triste o tener un mal día. Cuando la tristeza dura bastante tiempo e interfiere con las actividades normales diarias, usted podría estar deprimido.

Los síntomas nucleares de la depresión son la tristeza patológica, la pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar y una disminución de la vitalidad que limita el nivel de actividad y produce un cansancio exagerado, que aparece incluso después de realizar pequeños esfuerzos.

Además, pueden aparecer otros síntomas, como los sentimientos de culpa o de incapacidad, la irritabilidad, el pesimismo ante el futuro, las ideas de muerte o de suicidio, la pérdida de confianza en uno mismo o en los demás, la disminución de la concentración y la memoria, la intranquilidad, los trastornos del sueño y la disminución del apetito y de la libido, entre otros.

Los síntomas más habituales son:

     Sentirse triste o ansioso con frecuencia o todo el tiempo.

     No querer realizar actividades que antes eran divertidas.

     Sentirse irritable, frustrado con facilidad o intranquilo.

     Tener dificultad para dormirse o seguir durmiendo.

     Levantarse muy temprano o dormir demasiado.

     Comer más o menos de lo usual o no tener apetito.

     Tener malestar, dolores, dolores de cabeza o problemas estomacales que no se mejoran con tratamiento.

     Tener dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones.

     Sentirse cansado, aun después de dormir bien.

     Sentirte culpable, que no vale nada o desamparado.

     Pensar en el suicidio o en hacerse daño.

¿Qué causa la depresión?

La causa exacta de la depresión se desconoce. Puede ser causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológico. Todas las personas son diferentes, pero los siguientes factores pueden aumentar la probabilidad de que una persona se deprima:

     Tener familiares consanguíneos que hayan tenido depresión.

     Haber sufrido eventos traumáticos o estresantes, como el abuso físico o sexual, la muerte de un ser querido o problemas financieros.

     Pasar por un cambio significante en la vida, aunque haya sido planeado.

     Tener un problema médico, como cáncer, accidente cerebrovascular o dolor crónico.

     Tomar ciertos medicamentos. Hable con su médico si tiene preguntas sobre si sus medicamentos lo pueden estar deprimiendo.

     Consumo de alcohol o drogas.

Tipos de Depresión

Las depresiones pueden clasificarse de una manera sencilla en 3 tipos.

La depresión mayor tiene un origen más biológico o endógeno, con un mayor componente genético y menor influencia de factores externos. Puede aparecer de manera recurrente y, en algunos casos, guarda una cierta relación con la estación del año.

En contraposición, existe la depresión reactiva, causada por una mala adaptación a circunstancias ambientales estresantes.

La distimia, antiguamente conocida como neurosis depresiva, que se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor a los anteriores, de evolución crónica (más de dos años), sin periodos asintomáticos y con sentimientos de incapacidad y somatizaciones. Este último tipo de depresión parece guardar una relación más estrecha con la forma de ser y con el estrés prolongado.

Por último, existe un tipo de depresión denominada enmascarada, que en vez de manifestarse con los síntomas ya referidos, aparece como molestias orgánicas -somatizaciones- o cambios en la conducta.

¿Cómo se diagnostica la depresión?

Encontrarse en un momento determinado más triste o con el estado de ánimo más bajo no es suficiente para un diagnóstico de depresión.

Para eso, es preciso que la intensidad de los síntomas, su duración (al menos, 2 semanas) y la incapacidad que generan, sean de una entidad suficiente como para afectar el normal o adecuado funcionamiento de la persona.

        Entrevista diagnóstica.

        Descarte de enfermedad orgánica mediante: pruebas diagnósticas y valoración por otros especialistas.

        Pruebas de psicodiagnóstico.

Tratamiento de la depresión

El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es fundamental una adecuada relación médico-paciente. Básicamente, el tratamiento se compone de psicoterapia y farmacoterapia.

Con la psicoterapia, se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas. Como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes.

 

 

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