Antiguamente no podían conocerse los pormenores del cuerpo humano. Sin embargo, la medicina evolucionó por ensayo y error. Si un método funcionaba se daba una explicación «razonable», entendiendo que se adaptaba a la forma de pensar de la época. A partir de ahí se asentaba y popularizaba, aunque no se conociera la razón real. Actualmente se pueden estudiar las reacciones corporales ante una terapia. Entonces, así, entender mejor su funcionamiento.
En el caso de la aplicación de calor en ciertos puntos (asociados a los meridianos en la medicina oriental tradicional), ahora sabemos que coinciden con puntos de sensibilidad al calor. Ese estímulo por temperatura es similar al producido por la acupuntura.
Pero, en el caso de la moxibustión, el efecto es más duradero al ser producido por calor en un área mucho mayor a la de una aguja. Los efectos en dicha área serán;
– Vasoconstricción inicial: como un reflejo ante el estímulo de la alta temperatura;
– Vasodilatación: aumentará el riego sanguíneo en el área;
– Aumento de las células del sistema inmunitario, asociada a la afluencia de riego sanguíneo.